El peligro de los tests genéticos para los militares

Las navidades pasadas comentamos la problemática que tienen los test genéticos directos al consumidor (ver entrada). Como la tendencia parecía indicar, el número de personas que optan por realizarse este tipo de test genéticos sin ninguna supervisión por parte de profesionales sanitarios acreditados sigue aumentando día a día con el riesgo que esto conlleva. Es tal el alcance que está teniendo el uso de estos tests, que hasta el pentágono está alertando a los militares de su uso.

 

Este año, en el mes de diciembre, todos los militares de Estados Unidos recibieron este comunicado en el que se les advertía del riesgo de estos tests y se les recomendaba evitar su uso, ya que estos kits no deberían usarse para responder cuestiones médicas sin la supervisión de un asesor genético cualificado.

¿Qué riesgo pueden tener este tipo de tests genéticos para el ejército?

 

Por un lado, la falta de regulación hace que la mayoría de las compañías que estén realizando este tipo de tests carezcan de certificados de calidad, así como de acreditación y validación por parte de los organismos correspondientes (la FDA en América o EMA -Agencia Europea del Medicamento- en Europa). Esto implica que muchos de los resultados de estos tests pueden ser erróneos, incompletos o imprecisos, lo que puede generar una ansiedad innecesaria, así como conllevar consecuencias negativas. En el caso de Estados Unidos, existe una ley llamada GINA (Acto No-discriminatorio en base a la Información Genética) que protege a los ciudadanos frente a una posible discriminación tanto laboral como a nivel de aseguradoras sanitarias en los casos en los que se confirme la predisposición genética a una enfermedad. Sin embargo, los familiares de militares no están cubiertos por esta ley, y por lo tanto, en caso de recibir esta información, su condición médica (en muchos casos errónea) podría ser motivo de discriminación. 

Por otro lado, las empresas que ofrecen estos tests no pueden garantizar que sus bases de datos no sean hackeadas, es decir, no ofrecen seguridad sobre el almacenamiento de la información genética. De hecho, muchas de estas compañías comparten libremente dicha información con organismos como el FBI o incluso agencias comerciales. Más importante aún, en el caso de los militares, es el hecho de que la identidad de agentes secretos militares podría descubrirse con tan solo una pequeña muestra de sangre o saliva, y la información genética que se pueda extraer de las bases genéticas. Esto puede ser realidad, ya sea porque ellos mismos se hayan realizado un test genético directo al consumidor sin la adecuada supervisión, o porque algún miembro de su familia lo haya comprado.

 

Por todos estos motivos y por otros que iremos discutiendo más adelante en otras entradas del blog, siempre se recomienda que todos los individuos que quieran realizarse un test genético consulten previamente con un asesor genético cualificado para:

  1. Discutir las posibles ventajas/desventajas de los diferentes tests/laboratorios

  2. Tomar libremente la decisión más adecuada en cada caso conociendo las limitaciones de cada test genético

  3. Entender los resultados de cada test y las implicaciones que tienen para los familiares más directos

Por ello en Congen contamos con los profesionales adecuados para ayudarte en todo este proceso y resolver tus dudas.

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